Los tomates deshidratados, son tomates maduros, sometidos a un proceso de secado que les saca su humedad natural, y de esta forma su sabor se intensifica. Se pueden secar al horno o de la forma clásica, al sol, el cual, por ser la forma natural, es la que me interesaba.
Leí decenas de documentos de cómo secar tomates, de cómo construir deshidratadores más o menos complejos y al final me decidí por hacerlo de la forma sencilla, aunque demore un poco mas de tiempo. Ya habrá lugar para construir algún artefacto que me ayude, por el momento, les comparto mi método.
1) Preparar los tomates:
Si bien se puede usar cualquier tomate, los recomendados son los "peritas", por su menor contenido de agua, en mi caso usé unos pocos cherrys, ya que presumí por su tamaño, se secarían más rápido.
2) Secado:
3) El secado:
Una vez que los tomates se enfriaron, poner dentro de un bote de cristal previamente esterilizado, junto con un diente de ajo, albahaca y un poco de pimienta, apretándolos un poco para que quede poco aire entre tomate y tomate, pero teniendo cuidado de no estropearlos. Cubrir completamente con aceite de oliva extravirgen y asegurarse que quede la menor cantidad de aire posible dentro del frasco. Si es necesario después de unas horas volver a poner aceite para que los tomates queden completamente sumergidos. Si el proceso de secado se ha realizado correctamente, los tomates secos durarán varios meses. Es aconsejable esperar al menos una semana antes de consumirlos para que tomen sabor.
Anímense a probar, es fácil y una buena oportunidad para aprovechar nuestros excedentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario